Otros tiempos y razones intervinieron para que mis preferencias alimenticias se modificaran. En la universidad donde estudiaba en el Reino Unido tomaba fuerza un movimiento para boicotear todo cuanto proviniera de África del Sur, en las garras del apartheid, y Chile, a merced de la cruel dictadura del general Pinochet. Desaparecieron de mi casa las conservas y vinos sudafricanos no obstante sus precios extremadamente competitivos y, a fuer del desprecio estudiantil, disminuyó la demanda de cebolla chilena en los puestos de vegetales del mercado.
Diario Libre